El Terremoto de Lisboa en el cancionero de los auroros

 


El 1 de noviembre de 1755 se produjo un seísmo que afectó a España, Portugal y Marruecos. Se conoce como el Terremoto de Lisboa porque la ciudad más damnificada  fue la capital lusa. Tuvo lugar a las 9:52, según el Observatorio Astronómico de Cádiz. 
El rey Fernando VI ordenó realizar una encuesta a fin de solicitar información a las poblaciones españolas sobre los efectos del terremoto. El cuestionario consta de ocho preguntas que engloban asuntos como los muertos y accidentados, los daños causados en las edificaciones, hora y duración del suceso, si hubo alguna señal que lo anunciase, etc. Contestaron 1.273 localidades, entre las que se incluyen Agudo, Almadén, Puebla de Alcocer, Puebla de Don Rodrigo y Siruela.

       Las respuestas de Agudo son escuetas y, según los encargados de contestar, no hubo daños personales ni materiales:
       Como en el día primero del corriente, como a las diez de él, con corta diferencia, se sintió en esta villa un terremoto o temblor de tierra, que duró como seis minutos, poco más o menos, moviéndose la tierra y los edificios de una parte para otra. Y las aguas como querer salirse de su centro, según se demostró.
No habiendo causado en esta villa ruina ni prejuicio alguno, en fábricas ni otra parte, ni menos heridos ni muertos ni otra cosa alguna, procedida de dicho terremoto, ni antes de él se tuvo previsto ni reparado, por no haberse visto señal alguna que le anunciase.
(La nota está fechada en Agudo, a 24 de noviembre de 1755 y la firman Tomás de Yegros y Vicente de Vera)

Almadén es más preciso respecto a la hora, las nueve y media y tres cuartos, y explican que estuvo precedido de un ruido fuerte y sordo, similar al que producen los coches al circular por calles empedradas y flanqueadas por edificios altos; el ruido continuó cuando se inició el temblor por vibración, que duró como un minuto; a continuación del temblor sucedió un temblor por undulación. Aproximadamente un cuarto de hora después se produjo otro temblor por vibración. El terremoto ocasionó algunos derrumbes en el cerco de la mina.
En Puebla de Alcocer afirman que tuvo lugar a las 10 de la mañana y procedía del SE. Temblaron los edificios y se enturbió el sol. Un cuarto de hora después se repitió, aunque más suave, y volvió a repetirse entre las 11 y las 12 horas. Se produjeron daños en bastantes edificios; el más perjudicado fue el convento franciscano, cuya iglesia quedó bastante maltratada.
Aproximadamente las nueve de la mañana es la hora que indican en Puebla de Don Rodrigo. Cuentan que el temblor estuvo precedido de un sonido bajo tierra similar al trueno. Arruinó dos casas y produjo desperfectos en otros. Duró aproximadamente un cuarto de hora.
Los de Siruela manifiestan que sucedió hacia las diez de la mañana,  duró siete u ocho minutos y se repitió, ya más suave, un cuarto de hora después. Entre los daños producidos cabe destacar los de la capilla mayor del convento y los de la iglesia parroquial.
Un testimonio más del terremoto se conserva en el cancionero de los auroros, en una de las coplas que se dedican a la fiesta de Todos los Santos.
Un autor anónimo decidió dejar testimonio de lo que sucedió y por qué, y siglo y medio después un agudeño optó por incluirlo en la colección de coplas, que estaba compilando con el fin de enaltecer a Nuestra Señora del Rosario de la Aurora. A fecha de hoy no podemos constatar si el poeta era autóctono o foráneo, si la copla formó parte del repertorio de los auroros desde los primeros momentos o su incorporación fue más tardía, aunque sí podemos alardear de poseer una de las más extensas recopilaciones de coplas de auroros que se conocen, el cancionero de Benito Ortiz,  cuyas páginas contienen, entre otras singularidades, una canción  relativa a un suceso que afectó gravemente a varios países, el Terremoto de Lisboa.
En el día de Todos los Santos
a las diez y cuarto la tierra tembló
porque ya los cristianos no guardan
los diez mandamientos de la ley de Dios.
Guardar con fervor,
¡oh, cristianos! los diez mandamientos
y así no caemos en la tentación.

Bibliografía:
-Martínez Solares, J. M. (2017): “El Terremoto de Lisboa de 1 de noviembre de 1755”. Física de la Tierra, 29. Madrid.
-Martínez Solares, J. M. (2001): Los efectos en España del Terremoto de Lisboa. Instituto Geográfico y Catastral, Madrid.
(Las fotografías, obra de  A. Egea, se hicieron la madrugada del primer domingo de octubre de 2019)