San Sebastián, un santo con ermita propia


[El presente artículo se realizó en el otoño de 2015 y se publicó en Agudo-joven  un tiempo después. Tras la desaparición de la citada web, se ha decidido incorporarlo a este blog con el fin de continuar divulgando hechos y dichos  relacionados con Agudo. A día de hoy conocemos algún dato más, pero hemos considerado que no aporta demasiado a lo que ya estaba hecho].


    La pequeña elevación, que se observa en la fotografía, se ha denominado Cerro de Santo Bastián hasta donde alcanza la memoria, se localiza en la confluencia de los antiguos caminos de Saceruela y Almadén por Riofrío, y dice la tradición que debe su nombre a la existencia de una ermita con la advocación de San Sebastián.
    A raíz de la publicación del libro sobre Agudo, algunos vecinos pusieron a mi disposición unos pocos documentos con una información muy interesante sobre nuestro devenir. En los últimos años del siglo pasado las fotografías todavía resultaban muy caras, yo no tenía escáner y no me pareció correcto someter ese material al desgaste de una fotocopiadora pública, por lo que decidí copiar los datos que consideré más relevantes en ese momento. En las notas que tomé se menciona la ermita de San Sebastián lo que, unido a otra cita que ha recogido Salva Jiménez en un artículo de su blog, creo que merece una fotografía y unas líneas en esta sección.
    La primera referencia que conozco se recoge en el testamento de María Blasco, otorgado en 1540, en el que consta la donación de un real a la ermita de San Sebastián.  No he visto el documento original, el dato lo he tomado del artículo de Salva titulado “Capellanía de María Blasco. Agudo, 1540-1549”.
En enero de 1640 los regidores de la villa de Agudo acordaron ceder el beneficio de las bellotas de un número indeterminado de encinas para la reparación de las ermitas de San Miguel (actual San Blas) y San Sebastián que, según parece, estaban muy deterioradas. El dinero se dividiría equitativamente entre ambos edificios y las encinas se localizaban en la Solana de la Vera (delimitada al Norte del carril de los Carros, al Este por las huertas de Santa Ana y al Oeste por la huerta de la Delgada y el arroyo del mismo nombre).
    Pudo suceder que el dinero de la bellota resultara insuficiente o que a los desperfectos de ese momento sucedieran otros más graves, pero en 1794 la imagen de San Sebastián permanecía en la villa, como las de San Miguel y San Blas. Los últimos pudieron regresar a su ermita bastantes años después, San Miguel lo hizo en 1885, pero no hubo esa oportunidad para San Sebastián, porque la parcela donde se ubicaba el edificio resultó afectada por la desamortización eclesiástica y fue anexionada por la finca colindante. La talla del santo se hallaba en el retablo mayor de la ermita de la Virgen cuando el tercer día de agosto de 1936 se produjo el destrozo de las imágenes, mobiliario y ornamentos religiosos en la ermita citada. En la reposición de santos que tuvo lugar tras la Guerra Civil no tuvo cabida San Sebastián; quizá la peste ya no suponía una amenaza tan terrible como en tiempos anteriores, o quizá se había producido un cambio en la devoción popular porque la imagen de San Roque sí se adquirió.

Bibliografía:
-Cabrera, I. y Penas, E. (1998): Agudo. Una villa de la Encomienda Mayor de Calatrava. Ciudad Real.
-Libro de Fábrica de la Iglesia Parroquial (1788-1811). Iglesia Parroquial de San Benito, Agudo (Ciudad Real).
-http://38gradosnorte.blogspot.com/2014/06/capellania-de-maria-blasco-agudo-1540.html