Semana Santa,ayer y hoy



    Las hojas parroquiales publicadas en la década de los sesenta por D. Alfonso Axpe nos permiten conocer la evolución de los actos cultuales de Semana Santa en Agudo. Si comparamos los programas de 1967-1969 con el actual podemos apreciar alguna diferencia, aunque son mayoría las prácticas mantenidas.
1.    Los actos han comenzado el martes anterior con una misa por los hermanos y hermanas fallecidos. A continuación han tenido lugar las confesiones.
2.    Desde hace años, la misa del Viernes de Dolores no se celebra por la mañana; tiene lugar por la tarde-noche, seguida de la procesión de la Virgen de los Dolores.
3.    Los actos del Domingo de Ramos han variado poco, si exceptuamos la incorporación del paso de “la borriquilla” en la última década del siglo pasado.
4.    Ya no se realizan tres días de conferencias cuaresmales (las de mujeres y chicas se efectuaban unas semanas antes) y dos turnos de confesiones para hombres durante estos días. Las charlas se suprimieron y las confesiones son mixtas.
5.    El Vía Crucis, que tenía lugar el Jueves Santo a las 24:00, se ha adelantado un día y el recorrido se modifica cada año a fin de que pase por el mayor número de calles (en la década de los sesenta el itinerario afectaba a las calles Asilo, Cervantes, Santa María y Risco —Generalísimo– y las estaciones se leían desde los balcones para que se oyeran bien).
6.    El Jueves Santo ofrece algunas divergencias. Los 12 apóstoles ya no comen en la casa rectoral y en los Oficios no se celebra la Comunión Pascual de Hombres (en la década de los sesenta era costumbre que las mujeres ocuparan los bancos desde el presbiterio hasta las puertas laterales y los hombres el tramo de atrás, pero el Jueves Santo se reservaban los bancos delanteros para éstos). Además, la procesión resultaba menos fastuosa, puesto que solo desfilaban los pasos de La Flagelación, Jesús Nazareno y La Dolorosa.
7.    Los programas de 1967, 1968 y 1969 denominan a la procesión del Viernes Santo “del Santo Entierro y Virgen Santísima de la Soledad”. Con la advocación de Virgen de la Soledad continúan designando las nazarenas a la Virgen de los Dolores, cuando sustituyen el mandilete blanco por el negro. Una escultura de La Soledad se veneraba en la parroquia hasta el verano de 1936; seguramente el cambio de vestuario resultaría más económico que adquirir otra imagen en los años siguientes a la finalización del conflicto.
8.    Los horarios de D. Alfonso Axpe no recogen la procesión del Resucitado, aunque consta que sí se celebraba.

Un punto parece mantenerse desde los comienzos; se trata de la cortedad de medios económicos por parte de las cofradías del Nazareno y La Dolorosa. En 1967 los nazarenos andan haciendo gestiones para convertir unas andas en carroza, pero no les alcanza el presupuesto; al año siguiente intentan apañarse con la de la Virgen de la Estrella (siempre fue más solvente), aunque no pudieron acoplar sus pasos a ella; en 1969 acuerdan realizar una colecta voluntaria entre los cofrades para la adquisición de la citada carroza “ya que se considera de necesidad el disponer de ella”. En cuanto a las nazarenas, en 1967 realizan un ramo con el fin de costear un manto para la Virgen, que no pudo confeccionarse hasta 1969, después de haber añadido los beneficios obtenidos en una función de teatro y el trabajo gratuito de las voluntariosas bordadoras.


Los cambios sí han significativos en la puesta en escena de las procesiones y las fotografías, que Tomás Muñoz ha expuesto durante los últimos años en Agudo-joven, pueden confirmarlo. Se han elegido dos de 1967 correspondientes a la procesión del Jueves Santo, que nos muestran a los pasos sobre andas y el acompañamiento musical reducido a tres tamborileros; aparentemente el desfile se ha efectuado en un horario inusual, quizá por unas condiciones climatológicas poco propicias. Las de 1971 corresponden al Viernes Santo y puede apreciarse que los pasos ya han sustituido las andas por carrozas o, más bien, artilugios con ruedas. La imagen de 1975 rebasa el intervalo de tiempo elegido, sin embargo se ha considerado oportuno incluirla junto con la cita de elogio, como deferencia a las bordadoras del manto y al redactor de la sección La voz de la parroquia.

Mi agradecimiento a Tomás Muñoz por permitirme utilizar las fotografías de su colección, a Toñín por haber contribuido a la divulgación de las mismas  y a J. B. por poner a mi disposición el repertorio de hojas parroquiales que recogen una interesante información sobre Agudo en los años sesenta del siglo pasado. Sin su participación este escrito no hubiera podido realizarse.