1.
Los actos han comenzado el martes anterior con
una misa por los hermanos y hermanas fallecidos. A continuación han tenido
lugar las confesiones.
2.
Desde hace años, la misa del Viernes de Dolores
no se celebra por la mañana; tiene lugar por la tarde-noche, seguida de la
procesión de la Virgen de los Dolores.
3.
Los actos del Domingo de Ramos han variado poco,
si exceptuamos la incorporación del paso de “la borriquilla” en la última
década del siglo pasado.
4.
Ya no se realizan tres días de conferencias
cuaresmales (las de mujeres y chicas se efectuaban unas semanas antes) y dos
turnos de confesiones para hombres durante estos días. Las charlas se
suprimieron y las confesiones son mixtas.
5.
El Vía Crucis, que tenía lugar el Jueves Santo a
las 24:00, se ha adelantado un día y el recorrido se modifica cada año a fin de
que pase por el mayor número de calles (en la década de los sesenta el
itinerario afectaba a las calles Asilo, Cervantes, Santa María y Risco
—Generalísimo– y las estaciones se leían desde los balcones para que se oyeran
bien).
6.
El Jueves Santo ofrece algunas divergencias. Los
12 apóstoles ya no comen en la casa rectoral y en los Oficios no se celebra la Comunión Pascual de Hombres (en la
década de los sesenta era costumbre que las mujeres ocuparan los bancos desde
el presbiterio hasta las puertas laterales y los hombres el tramo de atrás,
pero el Jueves Santo se reservaban los bancos delanteros para éstos). Además,
la procesión resultaba menos fastuosa, puesto que solo desfilaban los pasos de
La Flagelación, Jesús Nazareno y La Dolorosa.
7.
Los programas de 1967, 1968 y 1969 denominan a
la procesión del Viernes Santo “del Santo Entierro y Virgen Santísima de la
Soledad”. Con la advocación de Virgen de la Soledad continúan designando las
nazarenas a la Virgen de los Dolores, cuando sustituyen el mandilete blanco por
el negro. Una escultura de La Soledad se veneraba en la parroquia hasta el verano
de 1936; seguramente el cambio de vestuario resultaría más económico que
adquirir otra imagen en los años siguientes a la finalización del conflicto.
8.
Los horarios de D. Alfonso Axpe no recogen la
procesión del Resucitado, aunque consta que sí se celebraba.
Un punto parece mantenerse desde
los comienzos; se trata de la cortedad de medios económicos por parte de las
cofradías del Nazareno y La Dolorosa. En 1967 los nazarenos andan haciendo
gestiones para convertir unas andas en carroza, pero no les alcanza el
presupuesto; al año siguiente intentan apañarse con la de la Virgen de la
Estrella (siempre fue más solvente), aunque no pudieron acoplar sus pasos a
ella; en 1969 acuerdan realizar una colecta voluntaria entre los cofrades para
la adquisición de la citada carroza “ya que se considera de necesidad el
disponer de ella”. En cuanto a las nazarenas, en 1967 realizan un ramo con el
fin de costear un manto para la Virgen, que no pudo confeccionarse hasta 1969,
después de haber añadido los beneficios obtenidos en una función de teatro y el
trabajo gratuito de las voluntariosas bordadoras.
Los cambios sí han significativos
en la puesta en escena de las procesiones y las fotografías, que Tomás Muñoz ha
expuesto durante los últimos años en Agudo-joven, pueden confirmarlo. Se han
elegido dos de 1967 correspondientes a la procesión del Jueves Santo, que nos
muestran a los pasos sobre andas y el acompañamiento musical reducido a tres
tamborileros; aparentemente el desfile se ha efectuado en un horario inusual,
quizá por unas condiciones climatológicas poco propicias. Las de 1971
corresponden al Viernes Santo y puede apreciarse que los pasos ya han
sustituido las andas por carrozas o, más bien, artilugios con ruedas. La imagen
de 1975 rebasa el intervalo de tiempo elegido, sin embargo se ha considerado
oportuno incluirla junto con la cita de elogio, como deferencia a las
bordadoras del manto y al redactor de la sección La voz de la parroquia.
Mi agradecimiento a
Tomás Muñoz por permitirme utilizar las fotografías de su colección, a Toñín
por haber contribuido a la divulgación de las mismas y a J. B. por poner a mi disposición el
repertorio de hojas parroquiales que recogen una interesante información sobre
Agudo en los años sesenta del siglo pasado. Sin su participación este escrito
no hubiera podido realizarse.