La ofrenda floral a la Virgen



Participantes en la ofrenda de 1966. Fotografía de Tomás Muñoz


         Ante la proximidad de Las Fiestas, resulta oportuno desempolvar el viejo texto que escribiera D. Alfonso Axpe para la hoja parroquial en el verano de 1968. Es el último de tres capítulos dedicados, según sus propias palabras, a nuestras Fiestas Patronales. A pesar del tiempo transcurrido, el escrito conserva buena parte de la lozanía que debió ostentar entonces; se ha decidido transcribirlo íntegro a fin de que cada cual pueda valorarlo y obtener sus propias conclusiones.



            Desde hace unos años se suplantó el canto de las Vísperas del día 14 de agosto, a las que no acudía nadie, por la Ofrenda Floral a la Virgen en las últimas horas de la tarde del mismo día 14. El primer año fue bien. Después…

            Hablemos hoy sobre este rito:

            Es indiscutible que la Ofrenda Floral es más popular, más emotiva y si queremos un poco más: Más propia de la Virgen, llamada no sin razón: Flor de las Flores. ¿A quién mejor que a ella y cuando mejor que en vísperas de su Fiesta, la ofrenda, simbólica o real, de una flor? ¿Olvidamos que es Madre, Soberana y Patrona de Agudo?

            Pero… esto mismo nos obliga a no caer en el ridículo o en la vulgaridad. Celebrar la Ofrenda Floral para que no asista nadie (o casi nadie) no es ni digno de la Virgen ni apropiado para nosotros.

            Si se celebra la ofrenda floral esta debe estar presidida por todas las autoridades locales, por el pleno de la hermandad, por las asociaciones de la parroquia (incluyendo banderas y estandartes) y por el pueblo.

            Y debe ir acompañada por una larga procesión de niñas, desde la más corta edad (es precisamente lo más bonito para la más bonita de las mujeres) hasta las mocitas de 10 a 15 años, ataviadas con el clásico traje manchego, y las señoritas mayores, embellecidas en el marco incomparable de nuestra mantilla y peineta. Algunas dirán que es caro… que es molesto…

            ¿No se visten para los villancicos? ¿No hay nazarenas, y otras que no los son, que tienen peineta y mantilla por cierto muy elegantes y vistosas?

¡Lúzcanlas, que bien se lo merece la Virgen a la que, dicen, tanto quieren!

            ¿Por qué entonces tanta pereza para ataviarse cuando tanto realce y esplendor pueden dar a la Virgen y a nuestros visitantes?

            ¿Por qué tanta desidia para homenajear y piropear a la Virgen? ¿Es que ella no lo merece? ¿Es que ella merece el desaire, la pobreza, la frialdad presenciada y practicada el año pasado? Y no nos lavemos nadie las manos creyéndonos libres de toda responsabilidad. Las Fiestas son para todos; el objetivo es la Virgen. Luego la responsabilidad es de todos. Una pobreza de ofrenda como la del año anterior no debe repetirse por nuestra dignidad personal: por imperativo de nuestra tradición mariana; por exigencia de las circunstancias; por el prestigio de Agudo y por la delicadeza hacia nuestros visitantes e invitados.

            Por todo ello propongo:

1.       Interesar a los padres para que vistan a sus niñas pequeñas.

2.       Interesar a las chicas de 10 a 12 años para que se vistan con el traje regional.

3.       Interesar a las señoritas para lucir la mantilla y peineta españolas.

4.       Interesar a todas las autoridades locales para presidir personalmente la ofrenda.

5.       Interesar al pleno de la hermandad para que haga cuanto esté de su parte por revitalizar, dignificar  y popularizar la ofrenda.

6.       Interesar al vecindario a engalanar sus fachadas y balcones. Fin.

Desfile procesional de la ofrenda de 1975. Fotografía de Tomás Muñoz

      El artículo ha cumplido ya la friolera de cuarenta y nueve años y quizá resultara conveniente aclarar algunos puntos que podrían resultar un poco confusos en el momento actual.

1.    Me ha explicado nuestro cura que, antes del Concilio Vaticano, no estaba permitido decir misa por la tarde y la víspera de los días gordos solía celebrarse el oficio de Vísperas, que consistía en el rezo de tres salmos, una lectura bíblica, el canto del Magnificat, preces y Padrenuestro. El idioma utilizado era el latín y la mayor parte del pueblo llano se enteraba poco o nada, por lo que no debe extrañarnos que la afluencia de fieles fuera exigua.

2.    Entre otras cosas, D. Alfonso proponía la participación de las asociaciones parroquiales con sus banderas y estandartes. La intervención de todas las cofradías religiosas en los actos de una fiesta importante en Agudo no fue una novedad que aquél se sacó de la chistera; Salva Jiménez recoge en su blog un altercado por los primeros puestos entre hermandades en la procesión del Corpus [http://38gradosnorte.blogspot.com.es/]. Este año se ha hecho en la procesión del Corpus y resultó muy vistoso. Quizá no fuera mala idea recuperar este hábito también en estos días, pues engrandecería la procesión sin incrementar los gastos de los festejos.

Participantes en la ofrenda de 1968. Fotografía de Tomás Muñoz


Algunas variaciones se han producido desde que el artículo transcrito se publicara.

1.    La ofrenda floral ya no se realiza la víspera, sino el día 13. Se dijo que el cambio respondía a la intención de utilizar las flores ofrendadas para la ornamentación de la carroza, abaratando los costes y aprovechando los ramos donados. Según parece, las buenas intenciones no han superado la fase de meros proyectos, porque los centros de la carroza se encargan elaborados a la floristería, creo. Así pues, quizá debieran plantearse la posibilidad de devolver la ofrenda a su fecha original para no dejar esta práctica, que ya supera el medio siglo, descolgada del resto de los actos religiosos.

2.    Este tema no tiene relación con la ofrenda floral, pero sí le toca a la Virgen. Como no voy a misa, no me entero muy bien de lo que sucede allí, si bien algo me va llegando. Cuentan que se sustituyó la Salve en latín, que se cantaba desde antiguo al terminar la misa del sábado, por otro tipo de salve. A lo que parece, los fieles de hoy tienen dificultades con el latín, aunque ese problema ha existido siempre y la gente se las arreglaba como podía; además, hace unos años la hermandad hizo unos marcapáginas con la Salve en latín, precisamente para facilitar su aprendizaje pues, a diferencia de nuestros predecesores, hoy todos sabemos leer.

3.    He echado un vistazo a 186 de las 314 hojas parroquiales que escribió D. Alfonso y, si no recuerdo mal, en todos los casos que alude a los festejos de La Virgen como Fiestas Patronales. Con el fin de evitar posibles confusiones y despistes de vecinos y visitantes sería conveniente que las autoridades locales se pusieran de acuerdo en la denominación del acontecimiento; resulta poco serio que el nombre se modifique en función de ideologías, caprichos o cualquier otra razón que mueva a los responsables de la decisión. En los programas oficiales y carteles de las últimas décadas se ha visto de todo: Fiestas Patronales, Fiestas Populares, Fiestas en honor a Nuestra Patrona Virgen de la Estrella, Tradicionales Ferias y Fiestas. Afortunadamente, la gente corriente está más allá de los cambios pasajeros  y se las apaña con Las Fiestas.
       El artículo da pie a un buen número de comentarios más, pero el propósito de esta entrada y otras que seguirán es difundir entre los lectores interesados algunas muestras de nuestro pasado más reciente, incluidas algunas actuaciones de este hombre que, según cuentan, dejó huella entre sus contemporáneos.